El Gobierno británico ha quedado este domingo en evidencia al ver fracasar una misión secreta de infiltración en la zona oriental de Libia. Un equipo de militares y espías fue depositado el viernes por un helicóptero a unos 30 kilómetros de Bengasi, aunque algunos medios dijeron que se habían lanzado en paracaídas.
Con independencia de cuál fuera su objetivo, no tardaron en ser detenidos por un grupo de rebeldes. El equipo estaba compuesto por seis militares de los SAS (Fuerzas Especiales) y dos agentes del MI6. Su indumentaria, vestidos de negro, y equipaje los delataba: armas, explosivos y pasaportes falsificados.
Londres había intentado que la noticia no trascendiera y poder así negociar en secreto su liberación. Sin embargo, The Sunday Times ha dado la noticia este domingo y horas después la televisión gubernamental libia emitió la grabación de una supuesta conversación entre el embajador británico y un líder rebelde. El diplomático pedía que se solucionara pronto el problema al que llamó “malentendido”.
Un dirigente del Consejo Revolucionario de Bengasi explicaba así la detención a un periodista de The Guardian: “Llevaban material de espionaje, múltiples pasaportes y armas. Esto no es forma de actuar en una rebelión. Gadafi ha traído a miles de mercenarios para luchar contra nosotros, y la mayoría usa pasaportes extranjeros. ¿Cómo sabemos que estos eran quienes decían ser?”
Fuente: Publico
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