El jueves pasado el Consejo de Ministros de Sudán aprobó una nueva iniciativa para lograr la paz en la región occidental de Darfur, que incluye una mayor participación de los agentes locales.
En la reunión extraordinaria que celebró el consejo partició el presidente sudanés Omar Hassan el-Beshir.
La nueva estrategia, que fue aplaudida por la ONU y por la Unión Africana, los principales mediadores en la crisis, y por el enviado especial para Darfur del Gobierno de Estados Unidos, Scott Gration, fue en cambio criticada por los grupos rebeldes que, desde el año 2003, se encuentran activos en la zona.
La creación de estructuras que favorezcan el diálogo continuo entre todos los sectores de la población de la región (sociedad civil, autoridades tradicionales, rebeldes, etc.) sobre cuestiones como el desarme, el retorno de los desplazados o la realización de proyectos de desarrollo y reconstrucción, ese el núcleo de la iniciativa, según indicó el consejero presidencial para Darfur, Ghazi Salah Eddin Attabani. El Gobierno sudanés ya ha anunciado la disponibilidad de casi 2.000 millones de dólares para desarrollarla.
El fin último es mejorar las condiciones de vida de una de las regiones más pobres de Sudán, que limita con Chad, y cuyo conflicto ha causado una grave crisis humanitaria.
El gobierno explicó que la exigencia principal a la que el nuevo plan gubernamental pretende responder es la de hacer frente a la crisis de Darfur a través de conversaciones de paz mediadas por la comunidad internacional, una situación complicada debido a las divisiones internas de la rebelión.
A pesar de las duras críticas de los movimientos rebeldes, que ven en la nueva estrategia la voluntad de marginar las actuales negociaciones, el Gobierno de Jartum insiste en que el plan no pretende hundir las iniciativas de paz internacionales, sino acompañarlas con un proyecto de pacificación a nivel interno.
Fuente: Mundo Negro digital
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